(Fuente de la noticia InfoCatólica)
Jorge Ranninger, LC sacerdote Legionario de Cristo. Nacido en Madrid en 1976. Se consagró al Señor en 1996 y se ordenó sacerdote el 24 de diciembre 2010. Se ha dedicado principalmente a la pastoral juvenil y de matrimonios. Hace ocho años inició con un grupo de matrimonios este nuevo apostolado del “Sagrado Corazón de Jesús para vivir en familia”. Desde hace cuatro años es director del colegio Everest Monteclaro en Madrid. En esta entrevista nos habla del apostolado del Sagrado Corazón como director nacional del mismo.
¿Cómo nace la idea de este apostolado que promueve la devoción del Sagrado Corazón?
Nace del deseo más profundo que Jesucristo y su Amor reine en este mundo, en la sociedad que vivimos. No solamente por el hecho que reine, sino porque el mundo en el que vivimos lo necesita. Y, ¿dónde quiere reinar? En el corazón de cada persona, en lo más profundo de cada matrimonio, de cada sacerdote, de cada religioso, de cada alma consagrada. Quiere reinar especialmente en el corazón de todas las familias.
Soy consciente que el epicentro de toda sociedad es la familia. En 1673, el Corazón de Jesús le dijo a Santa Margarita María de Alacoque: “Bendeciré los lugares donde se exponga y venere la imagen de mi Sagrado Corazón”. Nuestra misión es ayudar a que cada familia pueda alcanzar esta promesa.
¿Por qué la devoción al Sagrado Corazón es una devoción esencial, no algo complementario u opcional?
En el «Corazón de nuestro Salvador (…) podemos considerar no sólo el símbolo, sino también, en cierto modo, la síntesis de todo el misterio de nuestra Redención». El Papa Pío XII sintetiza así la revelación de Dios a los hombres.
Es en el corazón del hombre donde se juegan los partidos más importantes de nuestra vida, y también en el de Jesús. Los signos visibles y reales del Amor de Dios a los hombres, que son la Iglesia y los sacramentos, nacen del Corazón de Jesús en el Calvario.
Por lo mismo, encontrarse, conocer y profundizar en el Sagrado Corazón de Jesús es ir a la fuente del potente mensaje de Jesús, que ha hecho cambiar al mundo: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como Yo os he amado”. Jn 13,34
¿Por qué además de entronizar al Sagrado Corazón de Jesús en los hogares buscan consagrar a las familias?
Lo primero que hay que entender es qué significa consagrar la familia al Sagrado Corazón de Jesús. La palabra consagrar, de una manera sencilla, significa ser de Dios, posesión de Dios. Cuando una familia se consagra al Señor le dice a Jesús que quiere que Él esté presente en su vida diaria, que sea parte de los eventos de la familia y de las decisiones y en el fondo, que sea el Rey de la familia.
Entronizar al Corazón de Jesús es una de las expresiones visibles de esta consagración. Que la imagen del Corazón de Jesús esté en el centro del hogar, que la podamos ver a diario, nos hace recordar que queremos que Jesús viva y reine en nuestra familia a diario.
¿Cuáles son los tres pasos de estas consagraciones?
Para hablar de los pasos de la consagración al Corazón de Jesús, es importante tener primero claro que es una experiencia que queremos hacer como familia, todos juntos.
Los tres pasos que proponemos son los siguientes:
1. El matrimonio asistirá a una charla donde se explicará el sentido, la profundidad, la razón y las motivaciones que pueden mover a una familia a entronizar al Corazón de Jesús. También se explican las promesas que el Corazón de Jesús hace a las familias que le reciben.
2. Las familias enteras participan de una Misa donde al final reciben la imagen bendecida y todo el kit de materiales que tenemos preparado para la familia. Es muy emocionante porque toda la familia se acerca al altar al final de la Misa. Van al encuentro de la imagen que van a recibir y la reciben con gran amor.
3. La familia, en una ceremonia sencilla y familiar, coloca la imagen en un lugar principal del hogar. La familia puede invitar a un sacerdote a que les acompañe. A partir de ahí, la familia tendrá a Jesús en un lugar privilegiado de su vida diaria, donde podrán acudir a Él para rezar, pedirle y dar gracias.
Tristemente, muchas veces, algunos miembros de la familia no quieren acudir a la Misa, o son familias rotas, personas que viven solas, o cualquier dificultad que pueda presentarse. Hay que tener claro que el Corazón de Jesús quiere llegar a todas las familias, y especialmente a las que tienen más necesidad, por eso nadie ha de tener reparo en querer entronizar al Sagrado Corazón en su hogar. Él construirá desde donde estamos, desde nuestra realidad actual, dando las fuerzas, la gracia del perdón, de la conversión y todo lo que necesitemos. Actuará en los corazones de todos.
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