En la Catedral de La Laguna, el pasado domingo 4 de febrero de 2024, vivimos un momento muy especial para la Fraternidad de Servidores del Corazón Sacerdotal de Jesús.
Precedidos de unos días de Ejercicios Espirituales, dirigidos por el P. Carlos Clemente, veintinueve personas de diferentes lugares de la isla de Tenerife,
culminaron el itinerario de iniciación con la Consagración al Corazón Sacerdotal de Jesús. Así, dan respuesta a la llamada de Dios a esta misión de ofrecimiento de vida, oración, promoción de la cultura vocacional, de servicio en la Iglesia, de entregar la vida “POR ELLOS”, desde la alegría y confianza que el Señor cuenta con cada uno de nosotros a pesar de nuestras fragilidades.
La celebración estuvo presidida por el obispo don Bernardo Álvarez, concelebrada por una veintena de sacerdotes de las dos Diócesis Canarias, don Carlos Clemente de Toledo, que dirigió los Ejercicios Espirituales, don Santiago Bohigues delegado de la Fraternidad de Servidores en Valencia, el Rector del Seminario, el Delegado para el Clero, el Deán de la Catedral, sacerdotes párrocos de los nuevos consagrados y amigos de la Fraternidad. Así mismo, Don Celso González diácono permanente, seminaristas y carismas de especial consagración.
Don Norberto Carlos Hernández, canónigo de la Catedral, dirigió los cantos acompañando al órgano el joven oratovense Juan Luis. Les agradecemos su disponibilidad para ayudarnos a orar con los cantos en la Eucaristía
Fueron muchos los que quisieron acompañarnos en este día especial para la FSCSJ, llenando la Catedral y compartimos una celebración solemne y muy emotiva. La pudieron disfrutar también, al ser retransmitida, los hermanos de la Fraternidad que no pudieron asistir de Guayaquil, Ecuador, y de diferentes lugares de la Península.
Antes de finalizar, los anteriores consagrados de la FSCSJ presentes, renovaron su consagración.
No quiso perderse estas consagraciones, una persona que desde los inicios de la Fraternidad ha estado presente, excelente pintora de iconos, doña Carmen del Cerro, que generosamente regaló a don Bernardo una joya, una mitra pintada por ella.
Enhorabuena a los nuevos miembros de la Fraternidad.
Que sus vidas sean AMAR y SERVIR en la Iglesia “POR ELLOS”, siempre en el Corazón de Cristo y como María, gran servidora.
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